Cómo manejar la salud mental mientras se vive con baja visión

Introducción

La baja visión se refiere a una disminución de la capacidad visual que no puede ser corregida por medio de ayudas ópticas, lentes de contacto, tratamiento farmacológico o cirugía. Puede ser causado por una variedad de enfermedades o afecciones como la degeneración macular, la retinitis pigmentosa, el glaucoma, entre otros.

La baja visión tiene un gran impacto en la calidad de vida de una persona, ya que puede dificultar o limitar la realización de actividades cotidianas. Además, la discapacidad visual puede generar una sensación de pérdida de independencia y autonomía, influyendo en la autoestima, autoeficacia y en la propia autoimagen. En consecuencia, se ve afectada significativamente la salud mental, y en algunos casos aumenta el riesgo de padecer ansiedad, depresión o aislamiento social.

¿Cómo reconocer los signos de depresión en personas con baja visión?

Los signos de depresión pueden variar de persona a persona, pero algunos de los síntomas comunes son:

  • Tristeza persistente o sentimientos de vacío
  • Pérdida de interés o placer en actividades que antes se disfrutaban
  • Cambios en el apetito o el peso
  • Insomnio o somnolencia excesiva
  • Sentimientos de cansancio o falta de energía
  • Dificultad para concentrarse o tomar decisiones
  • Sentimientos de inutilidad o culpa
  • Pensamientos de muerte o ideación suicida

En las personas con baja visión, estos síntomas pueden ser especialmente graves debido al impacto adicional que la pérdida visual tiene en la calidad de vida y la autoestima. Los síntomas incluyen:

  • Sentimientos de desesperanza y miedo por el futuro.
  • Falta de motivación para adaptarse a su discapacidad visual
  • Aislamiento social, porque les resulta difícil mantener relaciones o convivir con otras personas.
  • Dificultad para adaptarse a cambios en el entorno y a la pérdida de independencia.

Es importante tener en cuenta que no todos los síntomas de depresión son visibles, y algunas personas con baja visión pueden ser reacios a hablar sobre sus sentimientos o buscar ayuda. Por lo tanto, hay que prestar atención a los cambios en el comportamiento y el estado de ánimo de una persona con baja visión y ofrecer apoyo y comprensión. Si se sospecha de depresión o ansiedad, es crucial buscar ayuda de un profesional en salud mental, ya sea psicólogo o psiquiatra.

¿Cómo ayudar a quienes viven con baja visión y depresión?

Existen varios recursos de apoyo disponibles para ayudar a las personas que viven con baja visión y depresión:

1. Organizaciones enfocadas a la baja visión

Muchas organizaciones de discapacidad visual ofrecen servicios de apoyo, incluyendo grupos de apoyo, asesoramiento y entrenamiento en habilidades para la vida. Ej. Lighthouse Guild en Estados Unidos o CADIVI en México

2. Terapia ocupacional

Los terapeutas ocupacionales proveen de recursos y entrenan en una variedad de actividades, tales como la mejora de la orientación y movilidad, la enseñanza de habilidades de compensación visual, la evaluación y adaptación de tecnologías de asistencia, y la ayuda en la realización de tareas domésticas y ocupacionales.

3. Psicólogos especializados en discapacidad visual

Pueden proporcionar terapia individual o grupal para ayudar a las personas a adaptarse y manejar la baja visión. Muchos de estos se centran en la TCC (Terapia cognitivo-conductual) y la terapia familiar sistémica.

4. Atención médica

Es importante que una persona con baja visión se mantenga en contacto con su oftalmólogo para asegurarse de que recibe el tratamiento médico apropiado.

5. Grupos de apoyo en línea:

Existen grupos de apoyo en línea para personas con baja visión donde las personas pueden compartir sus experiencias, recibir apoyo emocional y consejos prácticos.

6. Contar con redes de apoyo

Es importante asegurarse de tener una red de apoyo fuerte, como familiares y amigos, que pueden ayudar a proporcionar apoyo emocional y práctico.

7. Servicios de ayuda telefónica

Muchos países cuentan con líneas de ayuda telefónica para personas que pueden estar pasando por dificultades emocionales, allí es posible hablar con un profesional y obtener recomendaciones y apoyo.

Conclusión

Es importante mencionar que se debe buscar ayuda profesional si los síntomas de ansiedad o depresión se vuelven graves o interfieren con la capacidad de llevar a cabo actividades cotidianas. Además, combinar estos recursos con una atención médica adecuada puede ser muy eficaz en mejorar la calidad de vida y manejar la baja visión y su impacto en la salud mental. Un tratamiento temprano y un enfoque multidisciplinario, que incluya la atención de oftalmología y psicología, puede ayudar a reducir los efectos negativos de la baja visión en la salud mental